Una de las cosas que más me atraen de los automóviles es su
historia. Ver como de la imaginación de un diseñador o un ingeniero se llega a
una máquina que luego el público ama u odia. Como se transforma en el
legendario ganador de una carrera o en el mayor fiasco deportivo. Saber que
hubo personas con una visión de futuro, que llevaron a que el automovilismo sea
como lo conocemos hoy. Por eso quiero recorrer la historia de una de las compañías
más emblemática de la industria automotriz. A principio del siglo veinte, había
una marca y un modelo que combinaba la magnificencia obscena de la época, con
la performance envidiable de los bólidos europeos. Todo eso era posible gracias
al Duesenberg SSJ de 1933. Un verdadero Doozy
En base a sus conocimientos, lo primero que hacen, es
desarrollar un motor de cuatro cilindros con válvulas horizontales, que gracias
a la destacada labor del piloto Eddie Rickenbacker que lo coloca décimo en las
500 millas de Indianápolis de 1914,
captan la atención tanto de la industria como de los usuarios del
automóvil, al tiempo que se desataba la Primera Guerra Mundial. Como toda
industria, firmó contratos con el gobierno americano para la fabricación de
motores para la aviación. Como no tenían mucha experiencia en el campo,
consiguieron la licencia de Bugatti para construcción de un V16 de 500 CV. Para
ello se expanden a una nueva planta en Nueva Jersey. También construyen motores
para la marina de 8 cilindros y un motor de 4 cilindros para la industria
agrícola. Al finalizar la Guerra, venden la planta a John Willys (Les suena
Jeep?) y se trasladan a Indianápolis donde fundan en 1920, Duesenberg
Automobiles and Motors Company con la intención de fabricar y comercializar
autos de turismo.
El primer automóvil es el Modelo A, presentado en 1920. Era
el primer auto de serie, que incorporaba un 8 cilindros en línea, cuatro
válvulas por cilindro, doble árbol de levas y frenos hidráulicos en las cuatro
ruedas. Todos estos avances y la producción artesanal, hicieron que fuese el
auto más caro del momento, por lo que sus pocos clientes eran personalidades
del espectáculo y de la alta sociedad, algo que ayudó a cimentar las bases de
su reputación. Paralelamente, convencidos de los beneficios que les daría,
desarrollaban distintos vehículos de competición. En 1920, Tommy Milton,
establece un nuevo récord de velocidad al alcanzar los 251 km/h a bordo de un
vehículo de la marca y al año siguiente, Jimmy Murphy gana el Gran Premio de
Francia en el circuito de Le Mans, siendo el primer auto americano que consigue
una victoria en suelo europeo, frente a los favoritos de ese momento. Y también
obtienen la victoria de las 500 millas de Indianápolis en 1924, 1925 y 1927.
Los hermanos Duesenberg, así como eran excepcionales
diseñadores de automóviles, eran pésimos administradores, puesto que sus autos
al ser tan caros se vendían en cuenta gotas. En 1926, ahogados de deudas,
venden la empresa a Erret Loban Cord, con la condición de continuar como
asalariados. Al año siguiente se deja de fabricar el Modelo A y se comienza con
el Modelo J, una verdadera bestia de 265 CV capaz de alcanzar los 190 km/h. En
1929 se produce el desplome de las economías Y aunque en un principio no
parecía afectar a la empresa debido al mercado que estaba destinada, la
opulencia empieza a no ser bien vista. En 1932 es presentado el SJ, que poseía
el mismo motor pero estaba dotado de un supercargador que le daba 320 CV para
alcanzar los 220 km/h y de 0 a 100 km/h tardaba un poco más de 7 segundos.
Lamentable este mismo año, Fred muere luego de un accidente, mientras conducía
su SJ, debido a que sus lesiones se complicaron con una neumonía.
El SSJ de 1933, fue una versión que alcanzó los 400 CV,
gracias a sus casi 7 litros de cilindrada. El chasis era más corto y solo se tienen registros que fueron
construidos dos unidades. Una para el actor Gary Cooper y el segundo fue prestado
al también actor Clark Glabe, para fines publicitarios. Este vehículo es el de
las fotos, por su matricula “AN 82”, pero lamentablemente, de ser este el
modelo tomado, no coincide el color, ya que el mismo era rojo y plateado. Una
lástima tal error.
La historia de Duesenberg, Cord y Auburn continuó, pero eso
lo dejamos para otro momento. Les dejo un video y fotos de la réplica
correspondiente al número 3 de la colección “Los más bellos coches de época”,
editorial Altaya, edición Argentina.
Saludos para todos!!!!!
Hermoso auto Vasco; me encantaron esas llantas con la franja blanca, bien "de luxe".
ResponderEliminarSi no leía lo que escribiste, hubiera jurado que este auto era alemán; claro, Luisa Conradine era alemana. Ahora, ¿Duesenberg es la ciudad de la cuál provenían? ¿O el apellido del esposo fallecido, y por consiguiente de sus hijos?
Abrazos!
Es el apellido del esposo fallecido, es decir el apellido de August y Friedrich. La historia dice que en 1860 Luisa, se casó con Heinrich Ludwig Konrad Duesenberg, quien falleció en 1881.
ResponderEliminarY diez años despúes, estando en América, Luisa se vuelve a casar con Cristian Hartz.
En Alemania, la familia estaba radicada en una pequeña aldea llamada Kircheide.
En EE.UU, se establecen en Iowa, donde se encontraba Johan, un hermano del fallecido Konrad, quien había arribado en 1866.
Así dice la historia. Por lo menos lo que pude investigar....
Saludos!!!!!
Hermoso auto, un acierto de Ixo para esta colección tan bella.
ResponderEliminarHermoso auto y un gran acierto de Ixo en esta bella colección.
ResponderEliminarSi, por suerte este es uno de los 14 que salieron en la Argentina. Un acierto.
ResponderEliminarSaludos!!!!
hola vasco, muy interesante la historia (te admiro la capacidad para investigar, resumir y tipear).
ResponderEliminarla historia es típica de fines siglo pasado, años en que todo podía ocurrir, lástima que hoy en día esas cosas no pasan.
y los autos soberbios, lo mejorcito técnicamente que hubo en USA.
ah! muy bueno el modelo
La predominancia del motor fué el sello característico de la época en general y de ésta marca en particular, sus salidas de escapes con pliegues por no decir flexibles son muy propios y el modelo los respetó de maravillas, uno de los más lindos coches de época sin lugar a dudas.
ResponderEliminarMe parece increíble los autos de que hablas en este gran post sobre Dussenberg, la gran potencia y velocidad punta que desarrollaban para la época.
ResponderEliminarSaludos.
Gaucho, gracias por la admiración, pero me parece mucho. Es cierto que me sale un poco fácil, pero debe ser por el hobbie. Juro que en la facultad no tengo la misma naturalidad para escribir....
ResponderEliminarCabo, es cierto lo de las salidas de escapes. Eran flexibles, tampoco que se iban moviendo, y era tal la sensación de deportivo que daban, que nunca pensaron en retirarlos.
Xavi!!!! Gracias por la visita. Es increible lo que se "movian" estos autos. A los 100 km/h llegaban en segunda!!!! Eran netamente deportivos. Como ahora hablar de un Lambo o una Ferrari.
Saludos para todos!!!!!
Había que ir a 200 km/h con esas rueditas finas....
ResponderEliminarQue gusto tenerlo por acá Sr. Pistón. Imagine que pasaban los 250 km/h en circuitos que no eran asfaltados.... Caían como moscas....
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