Habíamos
llegado hasta 1955, año en que Porsche llega a su unidad número 5.000,
estableciéndose en pocos años, como una marca de referencia dentro de la
industria automotriz. La coupé del 356 se fabricó desde este año hasta 1959,
contando con distintas motorizaciones, desde un modesto 1300 de 44 HP hasta el 1600
de 75 CV, del modelo que estamos viendo. Otra novedad de la época, es que en 1956,
Porsche recupera la fábrica original perdida en la Segunda Guerra Mundial, lo
que posibilita que se llegue a la unidad 10.000 durante ese mismo año.
La nueva
planta, fue totalmente remodelada y ampliada, lo que permitió por ejemplo dejar
el aluminio y pasar al acero en las carrocerías. También se mejoró mucho en lo
que es el tablero de instrumentos. El austero modelo de la planta de Gmünd,
dejó lugar a uno con un reloj central de RPM, un reloj a su derecha con la
velocidad y a la izquierda un indicador de temperatura y aceite. Todos eran de
fondo negro con agujas y números en blanco, para una mejor visualización. Los
primeros modelos, carecían de radio, pero tenían el hueco para alojarlas
cubierto con una placa con el nombre Porsche.
También,
estos tableros, venían con un reloj en su parte central y a partir de 1955, su
parte superior era acolchada. Como primeras herramientas de marketing, en este
periodo se instauraron dos íconos que todavía llegan a nuestros días. Por
primera vez, se bautizó un Porsche con el nombre “Carrera”, en honor a los
triunfos obtenidos en la mítica carrera Panamericana de 1952 y 1954, por el 550
RS, de ahí el nombre del modelo que hoy nos acompaña.
El otro
mito viviente, es el escudo. El mismo, vino por petición de nuestro conocido
Max Hoffmann, importador de autos alemanes en EE.UU. Max solicitaba con que los
autos debían llevar un emblema que los caracterice, frente a las distintas
marcas que se desarrollaban en el mercado norteamericano. En un principio Ferry
Porsche se mostró reacio al pedido, pero sabía que Hoffmann era muy inteligente
para los negocios, y que algo de razón tenía.
En 1952
Porsche visita EE.UU y en una cena en Nueva York, ante la insistencia de Max, esboza
en una servilleta lo que podía ser un escudo. En la parte superior inscribe el
nombre de la fábrica. En el centro se ubicaba un corcel negro con el nombre de
la ciudad, ya que Ferry sentía fuertes vínculos con Stuttgart. Todo rodeado por
los símbolos de la bandera de Baden-Würtemberg. Si bien, era solo un boceto que
poco tenía que ver con la industria automotriz, a Hoffmann le agrado la idea
como emblema de los autos alemanes.
El diseño
final, se lo encargaron a Erwin Komenda, quien luego de hacer pequeños
retoques, obtuvo el resultado hoy conocido. Finalmente en 1953, se presentó
dicho escudo, que en un principio solo vestía las unidades con destino a EE.UU.
Se ve que Max era una persona muy insistente.... Komenda también hizo la
tipografía de la palabra Porsche sobre los autos. Dicen, que la idea le surgió,
luego de observar unas letras inscriptas en una banda elástica y ver como las
mismas se deformaban. Cierto o no, esa tipografía hoy es otra herramienta de
marketing.
Espero que disfruten del video y de las fotos de la
réplica perteneciente el número 4 de la “Colección Porsche”, editorial Planeta DeAgostini, edición Argentina. Como pueden ver,
este modelo a pesar de ser de 1959, carece del logotipo de Porsche y de la palabra Carrera en sus laterales. Puede ser un error del fabricante o no todos los modelos traían estas insignias. Seguramente algún fanatico de la marca nos diga cual es el caso. El próximo modelo de la saga será el 356 BCabrio de 1961.