Philippe Gache es un piloto
francés multipropósito, cuyo mayor mérito deportivo es la construcción de un
buggy. Dicho de esta manera suena un poco despectivo para su carrera detrás del
volante, pero la realidad es que su vehículo todo terreno es una verdadera
maravilla de ingeniería. Y aunque no hayan alcanzado la gloria máxima, estos
vehículos han marcado el rumbo para aquellos aventureros que querían hacer algo
más que la vuelta, enfrentando a las superestructuras de equipos oficiales, en
una de las carreras más largas y duras del planeta: El Dakar.
Pero volviendo a
Gache, sus inicios en el mundo motor fueron tras el volante de uno de los
tantos monopostos de la Fórmula Ford francesa en 1984 obteniendo una victoria y
dándole la suficiente experiencia para quedarse al año siguiente con el
campeonato. En 1986, el campeón trata de defender su corona, al mismo tiempo
que experimenta en la Fórmula 3 y en la Formula Ford Europea. Luego sigue con
los monopostos de la F3 y se sube a los autos con techo en las 24 Horas de Le
Mans. Sigue creciendo y se sube a los autos de la Fórmula 3000 sin dejar la
famosa carrera de resistencia, aunque sin éxito en el circuito de La Sarthe.
Los autos con techo se
hacen más habituales y conduce en el Campeonato Francés de Turismo y en la Copa
Porsche. En 1992, luego de 70 años llega un galo a las 500 millas de
Indianapolis pero lamentablemente no fue una buena experiencia. En la vuelta
66, el auto de seguridad da vía libre y un par de minutos después, el Lola de
Philippe se desboca en una de las curvas y lo lleva derecho al paredón (
Aquí se puede ver). El auto rebota y es embestido por Stan Fox dejándolo groggy dentro
del habitáculo. Los oficiales de pista lo rescatan rápidamente y a pesar de lo
aparatoso del accidente y de ser llevado en camilla al hospital, Gache no tiene
ninguna secuela. En realidad, la única consecuencia fue renunciar a Indy, a
pesar que tenía firmado un contrato de tres carreras para las míticas 500
millas.
Esta experiencia, prácticamente
lo retiró de los monopostos y se concentró en autos de turismo tanto para los campeonatos
FIA GT, la Copa Porsche, el Campeonato Francés de Turismo y Sport Prototipos de
la American Le Mans Series como de las famosas 24 Horas. Participaciones que no
fueron destacadas en lo deportivos, salvo algunos parciales muy interesantes,
pero que dejó unas miniaturas muy dignas para cualquier coleccionista.
Pero en el nuevo
milenio amplió sus experiencias y se fue a África, en el 2003 para competir en
la extenuante carrera, a bordo de un Mercedes Benz ML430 y ahí cambió todo. Philippe
Gache había fundado en 1997 la empresa SMG con la idea de fabricar sus propios
vehículos. Pero para los autos de pista chocaba con la eterna problemática económica.
La aerodinamia en los circuitos es tan importante como el motor o el chasis, y
el desarrollo es uno de los puntos más caros para un pequeño fabricante que
recién se inicia. Y en el desierto africano se dio cuenta que podía desarrollar
su propio todoterreno sin depender de este aspecto.
Así es como para el
año siguiente hace su debut el Buggy SMG con motor Porsche a manos de su propio
fabricante, marcando lo que sería una tendencia. Autos sencillos de manejar,
tracción en un solo eje, una suspensión con un recorrido de 45 cm, motores
americanos de gran cilindrada, poco peso y unos neumáticos que parecen más de
tractor que de competición. Este combo lo hace atractivo, económico y a la vez competitivo,
para aquellos aventureros que quieren sobresalir sobre el resto. Por ejemplo, Gaché
tuvo su mejor clasificación en el 2006 cuando arribó en el puesto doce.
SMG ha participado en
varias ediciones del Dakar con pilotos de renombre como Carlos Sainz bajo la órbita
del equipo oficial Red Bull teniendo como compañero de equipo al francés Ronan
Chabot. Este galo tiene una vasta experiencia en la competencia, de la cual ha
participado más de 20 veces. Si bien su perfil es de un adinerado amateur, no
es poca cosa por ejemplo salir décimo en el 2015 y 2019 o estar entre los cinco
primeros en carreras de esta especialidad como el Rallye de Jordania, el de Kazakstán,
el de Marruecos o la Baja Dubái.
Hoy la empresa SMG
tiene lazos muy fuertes con China ya que exporta estos buggys al país asiático
donde estas competencias comienzan a tener un desarrollo mayor. También lo hace
como colaborador
de marcas como Gelly o Toyota y prepara un auto híbrido junto
a Oreca.
La miniatura es de la Colección Dakar del diario
La Nación, en su versión del 2015 a manos de Chabot.
Muy interesante y también, muy meritorio.
ResponderEliminarComo bien decía el amigo Ortega, no es poca cosa salir décimo en esas competencias, compitiendo contra tanto equipo oficial, tanto piloto profesional, tanto soporte publicitario y tanta cuenta bancaria.
Y si el tipo ahora vende sus propios autos, va a estar mejor aún, aunque en cualquier momento, los chinos le roban el diseño y empiezan a fabricarlos al por mayor.
Muy interesantes las miniaturas.
Esta es mi hipótesis: Lo hecho tanto por Gaché fabricante, como Chabot corredor, es similar a lo que hacían hace más de 100 años los pioneros del automovilismo.
EliminarGente con ideas, que se lanzaban a hacer sus sueños, ayudados por gente con dinero que se lanzaban a hacer sus sueños... A los pioneros los vemos como precursores y necesarios. A los contemporáneos los vemos como gente aburrida con dinero...
Tenemos el automovilismo que merecemos.
La miniatura del SMG es muy buena, se destaca sobre el resto de los autos, sin dudarlo.