viernes, 5 de agosto de 2011

Lotus Super Seven (1960)

Hay autos que enamoran a propios como a extraños. Ya sea por su estética, su potencia, su confort de marcha o su funcionalidad. Siempre que un vehículo cala hondo en los sentimientos, hay una razón detrás de tal amor. Sin embargo hay un modelo, que no se destacó por su trabajo estilístico, ni su desmesurada potencia, su tenida o su practicidad para llevar a toda la familia. Su éxito fue darle al usuario, la posibilidad de rodar tanto en la campiña, respirando los aires de libertad, como hacerlo en los circuitos peleando mano a mano con autos más poderosos. Por eso hoy en día, luego de 50 años, sigue enamorando a todo aquel que se cruza en su camino. Estamos hablando del Lotus Super Seven de 1960.

Para hablar de Lotus es obligatorio hablar de Anthony Colin Bruce Chapman, quien fundó la empresa en 1952 con la intención de construir réplicas de su famoso auto de carreras de manera artesanal, con el propósito, de que esta actividad, le de los suficientes fondos para seguir con la campaña deportiva. Chapman, nació en Inglaterra en 1928, estudió ingeniería y se incorporó por un corto periodo a la Fuerza Aérea Real, de donde probablemente incorporó muchas de las soluciones aeronáuticas aplicadas a sus autos.

El Seven, fue presentado en 1957. No mostraba nada revolucionario, lo que Colin ofrecía, era la posibilidad de tener un auto sport a bajo precio, que además lo lleve a la oficina de lunes a viernes. La estructura era multitubular, con una carrocería de aluminio para bajar el peso, una suspensión de auto de fórmula, tracción trasera y un motor en posición delantera muy sencillo. El mismo podía ser Ford o BMC de 1000 cm3 y 40 CV. También para esta serie se podía optar por un Coventry Climax de 1.1 litro y 75 CV, que combinado con los casi 500 kg, le daba una performance muy rabiosa. Por eso esta versión, venía con mejoras en la suspensión trasera para poder aplicar la potencia al piso sin problemas y frenos a discos en las cuatro ruedas.

La serie 2 se presentó en 1960 y se diferenciaba que la trompa y los guardabarros eran de plástico y fibra de vidrio para seguir bajando el peso. El motor también se cambió y se podía elegir entre un Ford 1.3, 1.5 o la versión Cosworth de 95 CV llamada Super Seven. También este modelo se diferenciaba en las nuevas llantas de chapa. La serie 3 nace en 1968 y los cambios podían observarse en lo ancho de sus guardabarros traseros, ya que debía albergar el tren trasero del Ford Escort de 1600 cm3. En el capot, había una “burbuja” acrílica, donde iba alojado el filtro de aire. La última serie es la 4 de 1970, donde decide retocarse el bastidor y la carrocería. Para 1973, Collin decide la discontinuidad del producto, no sin antes venderle las licencias a Caterham Car, quien sigue con la producción del modelo.

Este auto, tiene la particularidad que se manufacturó en otra parte, además de hacerse en Inglaterra. Se fabricó en la Argentina, pero no como réplica, tal cual otros países, sino que se hizo con licencia Lotus y son los únicos reconocidos como tales, hechos fuera del Reino Unido. La historia, si bien no tuvo un final feliz, es digna de conocerse, y es por ello que los invito a visitar Automóvil Sport, y también pasen por la página Test del Ayer, donde se van a encontrar con la prueba de manejo hecha por la revista Corsa en 1969, sobre el Lotus criollo.

Una última perlita, es la réplica en si, que lleva los colores y el número de matricula del utilizado por Patrick McGoohan, en la serie de 1967 “El Prisionero”. Se ve que fabricante de la miniatura tenía una debilidad por el Número Seis. Les dejo un video de la serie y las fotos del modelo a escala, perteneciente al fascículo 20 de la colección Dream Cars, editorial Altaya, edición Argentina.
Saludos!!!!!!!

4 comentarios:

  1. Efectivamente la reproducción esta inspirado en el auto de la serie, hasta en la patente, no sería raro encontrarlo en otra colección dedicada a series a futuro. Una vez más coincidimos en otro modelo por lo que me resulta incómodo elogiarle el buen gusto por que elogiaría indirectamente el mío, cosa poco modesta, jaja.

    ResponderEliminar
  2. Se imagina una coleccion de autos de series y cine? Ya me estoy haciendo mi colección mental...

    Cabo, tiene un excelente gusto en la elección de miniaturas, deje la modestia a un lado.

    Saludos!!!!!

    ResponderEliminar
  3. hermoso bicho, juro que estuve a punto de comprar uno, pero al final cambié de idea por otra inversión más conservadora.
    algún día, quizá...
    en cuanto al modelo, es un clásico desde el día cero, yo tengo uno al cual le hice una capota personalizada y otro que mantengo virgen, para las generaciones futuras.
    otra cosita: muy interesante el post, me gusta leer sobre autos.

    ResponderEliminar
  4. La verdad es que al principio dude del modelo elegido, pero viendolo en detalle, cada vez estoy más convencido de lo bueno que fue conseguirlo.
    La sencillez del modelo, consigue que uno se de cuenta, que como siempre no hace falta tenerlo todo, para disfrutar de las cosas...

    Saludos Gaucho!!!!

    ResponderEliminar


Un clásico devorando litros....

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

El Tiempo en mi Ciudad