Después del rutilante
éxito de la última comparación, no me queda otra opción que volver a mostrar de
a dos. En este caso seguimos con los súper deportivos, pero cambiamos de procedencia, nos
vamos a Alemania, para continuar con la historia de la casa de Stuttgart. Así,
sin más preámbulos, les presento el Porsche GT3 de 1999. Qué épocas las del
deme dos…
Para los que gustan de
ver cuál es mejor miniatura, tienen la opción de elegir, entre la de color
verde de High Speed y la amarilla de Ixo, en ambos casos para coleccionables. A
simple vista los dos lucen del mismo tamaño, pero al ponerlos juntos, el modelo
de Ixo se lo puede ver como que tomó un poco de esteroides, y esto sucede
porque en realidad es un poco más corto, más alto y más ancho. Siempre hablando
en milímetros. Si a eso le sumamos que tiene líneas más redondeadas, el efecto
visual es mayor.
De frente, los dos
conservan los detalles del modelo real, con las tomas de refrigeración, de los
frenos delanteros y de los radiadores. Pero el color verde, hace difícil que se
vean esos detalles, debido a la tonalidad oscura del color. En el modelo de
High Speed, los limpiaparabrisas están mejor resueltos, aunque están grabados
en el parabrisas como los que luce su compañero.
En el interior, los
dos muestran el tablero en color negro, por lo que se dificulta la
visualización, efecto que se ve aumentado en el modelo de High Speed, al tener
todas las ventanillas elevadas. El modelo de Ixo, deja ver un los relojes de
distintos colores y una consola central en un gris más claro. Pero los dos presentan
sus mayores errores en el habitáculo. El de color verde tiene una jaula
antivuelco, que no venía en los autos de serie, y el amarillo presenta los
asientos traseros, que este modelo no disponía. Una pena.
El motor original del
GT3 también era un bóxer de seis cilindros de 3,6 litros que entregaba 360 CV.
Pero si bien mantenía la configuración de su predecesor, tenía soluciones
técnicas derivadas del 962 de carreras, que lo hacía muy avanzado con respecto
a otros modelos alemanes. Las más sobresalientes eran: refrigerado por agua,
bloque y culata del motor en aluminio, cuatro árboles de leva, cuatro válvulas
por cilindro, lubricación por carter seco y una ayuda electrónica envidiable
por esos años.
En su interior, no
difiere en demasía de otros Porsches contemporáneos, siendo su principal
característica, las butacas envolventes de competición. El resto era similar
con el volante clásico de tres rayos, 4 airbags, vidrios eléctricos, alarma,
cierre a distancia y con un reproductor CR22 de casetes. (Si, de casetes). Las
butacas al ser de competición, impedían el ingreso de los pasajeros a la parte
trasera, que se solucionó, retirando los asientos correspondientes, redundando
en un ahorro de kilos.
Como todo Porsche
exitoso, fueron innumerables las versiones que se hicieron de este modelo. Con
solo hacer una mínima reforma en la suspensión, aerodinámica o motor ya es
suficiente para estar en presencia de una nueva variante. De hecho, este modelo
sigue en producción, siendo para mi gusto el cambio más llamativo, la versión
GT3 RS 4.0 con un motor de 4 litros capaz de erogar 500 caballos de fuerza.
Según los constructores, es el primer motor de 6 cilindros sin compresor que
llega a esa potencia. Y para que no queden dudas, el maestro Walter Röhrl, en
una de estas tantas versiones, estableció el récord para un auto de serie en el
mítico Nürburgring.
El modelo verde
pertenece a la entrega número 37 de la colección Dream Cars de Editorial
Altaya. El de color verde, al fascículo 30 de Porsche Collection de editorial
Planeta DeAgostini. En el video, lo pueden ver en todo su esplendor. Para la próxima entrega tenemos la evolución, el GT3 R del 2000.
Saludos y nos vemos
caminando…