Esta semana
tuve el agrado de conocer personalmente al Gaucho y su familia y por su puesto
su colección. Lo que se dice, “un gustazo” que de no haber sido por las
miniaturas, jamás hubiese ocurrido. Y como si fuese poco, no solo me convidó
con el café y un budín casero exquisito, sino que también me dio letra, para
que les presente el Fiat 500 de 1936. Gracias Gaucho!!!
La verdad
es que estaba muy poco creativo. En realidad entiendo que sigo estando muy poco
creativo, así que recurrí a pedir ideas para postear al Topolino y de ahí
surgió el tema de los apodos. Tal vez antes, no había un departamento de
Marketing que estudie a la población, para saber que nombre tiene más atractivo
para un auto, así que las denominaciones surgían muchas veces desde la parte técnica
del automóvil.
Por eso, no
era de extrañar que cuando Fiat presentó su nuevo modelo en 1936, se lo
denomine simplemente 500, debido a la escasa cilindrada del motor. Pero claro,
no contaron con que desde los EE.UU se estaba produciendo una invasión. Desde
los cuarteles de Disney, llegaba el comic de Mickey Mouse, que era conocido en la
península itálica como “Topolino”. De ahí, a apodar con este seudónimo al
nuevo modelo de Fiat, solo había un paso que se cubrió en un par de días.
Pero el 500
no fue el único que perdió su nombre oficial a lo largo de la historia. ¿Quién
dice por ejemplo, ahí va un Volkswagen
Beetle? Nadie. Para nosotros es un simple “escarabajo”. Y el New Beetle, es
un “escarabajo nuevo”. No se habla más. Siguiendo con esto de los nombres, los
autos populares son los más propensos a recibir los apodos. El Citroën 2 CV, es
una “Citraca”, un “Cirulo”, un “Patito feo”, una “Citroneta” y tantos
sobrenombres más.
Fiat,
después del 500, parece que no aprendió mucho y se le ocurrió ponerle a su
sucesor simplemente Fiat 600. “Bolita”, “Pelotita” y cualquier objeto de forma
redonda, era el indicado para denominar al fiel 600. El Renault 4, cuando la
casa del rombo denominaba a sus autos, solo con números, es otro claro ejemplo
del ingenio popular. El “4 Latas” o “Renoleta”, fue más popular que su nombre
original. Y el Citroën DS no existe, pero de los que hay mucho es del “Tiburón”
o “Boca de sapo”.
Luego hay modelos menos populares, hablando globalmente, pero que en cada país han tenido su apodo. España tiene varios ejemplos, como por ejemplo el Biscuter, que en realidad era conocido como “Zapatilla” o el Seat 1200/1430 Sport denominados “Boca negra”. El “Milqui” es el Seat 1500, y el “8 y medio” es el correspondiente al Seat 850. Seguro que nuestros compañeros van a aportar muchos ejemplos.
En
Seguro que muchos de ustedes deben tener más ejemplos, que me gustaría que todos compartan. Y de paso que cuenten el porque de sus propios apodos. El mío no es una ciencia, ya que mi apellido es vasco, pero bien vasco, de los brutos. Siempre fue difícil que se lo aprendan, así que desde chico, me llamaban al grito de “Vasco”. El inconveniente es cuando estamos en familia, pegan el grito y todos nos damos vuelta.
El
Topolino, fue el fruto de años de estudio y experiencias en hacer autos
pequeños. El proyecto fue a largo plazo y había dos grupos trabajando para ver
cual era el más factible. El resultado fue vehículo de dos plazas de reducidas
dimensiones, pero cómodo para sus ocupantes, ya que el pequeño motor se
encontraba por delante del eje delantero. Sus 13 HP lo dejaban circular a 85 km/h con un consumo
hasta hoy envidiable.
En sus
versiones 500, B y C se construyeron más de 500.000 unidades, hasta el cesó su
producción en 1954, para dar paso al nuevo Fiat: el 600, más conocido como la
“Bolita”.
Este modelo
es de Grani & Partners del fascículo 4 de la colección “Autos Italianos” de
editorial Hachette.
En el video pueden ver varios modelos de este simpático vehículo.
En el video pueden ver varios modelos de este simpático vehículo.