Hoy les voy a mostrar una réplica que no es de las
mejores pero, como muchas veces me sucede, me atrae. Confieso que en un
principio, solo servía para tener algo de la marca, ya que cada vez que la
miraba y comparaba con otras, le encontraba más puntos en contra. Pero de a
poco, como me ha pasado en otros órdenes de la vida, fui cambiando de opinión.
Tal vez fueron los años, o ver al modelo original o quizás aprender un poco de
su historia, lo que de a poco influyó para tomarle más cariño a esta réplica
del Buick Roadmaster de 1949. Veamos el porqué.
David Dumbar Buick,
nació en Arbroath, Escocia en 1854. La familia se trasladó a Detroit dos años
después. A los 15 años, David abandonó la escuela e ingresó a la Alexander
Manufacturing Company, debido a la delicada situación económica de la familia.
En esta empresa, que se dedicaba a accesorios para el baño y plomería,
desarrolló un nuevo método de recubrimiento de esmalte sintético para las tinas
de hierro fundido, que le dio un bienestar económico personal y la posibilidad
de dirigir la empresa, junto a su socio Donald J Sherwood.
En la década del
noventa, Buick desarrollo un motor de combustión interna y de a poco dejó de
interesarle su empresa de plomería. La relación con su socio fue empeorando y
finalmente en 1895 se disuelve la sociedad. Con dinero y tiempo disponible,
crea en 1899 la Buick Auto Vim and Power Company, para la fabricación de
motores con destino a la industria agrícola y naval. Dos años después decide
desarrollar sus propios vehículos y para ello vende varias de sus patentes y
acciones, con el fin de costear el proyecto.
Los acreedores que habían aportado el capital, eran
los hermanos Briscoe, que ante la falta de habilidad de Buick para los
negocios, pusieron una cláusula en la que decía que ese mismo año debía ser
devuelto el dinero. Obviamente cuando finalizó 1903, no se había vendido ningún
auto y mucho menos había ingresado el dinero. Los hermanos Briscoe toman el
poder de la fábrica y las pocas acciones que le quedaban a Buick y se la venden
a James Whiting, quien mudó la planta con el fin de
fabricar motores y no automóviles. Buick conservaba el cargo de gerente, pero
la empresa seguía sin levantar sus acciones.
Al poco tiempo Whiting,
pensando en el fracaso económico, vende todo a William Crapo Durant, un
millonario que permitió a Buick conservar su puesto. Pero como la idea de la
fábrica era no construir vehículos, la relación se deterioro, hasta que en 1908
David Dumbar Buick fue despedido. Sin dinero, David vuelve a Michigan para
empezar otros proyectos, pero ninguno fue más allá de los planos. Vencido,
nuestro amigo Buick, abandona su sueño de producir automóviles y se dedica a la
docencia, hasta que en 1929 fallece, en un estado de pobreza total, que le impedía
pagar sus impuestos.
Mientras tanto, en ese
año de 1908, Durant decide hacer un conglomerado de empresas, al cual denomina
General Motors, cuyo inicio fue Buick. La General Motors empezó comprando la
Oldsmobile de Ramson Eli Olds, luego la Cadillac de William Murphy y Henry Leland,
la Oakland, rebautizada más tarde como Pontiac y por último incorporó la
Chevrolet que fundó en 1911 el propio Durant y el piloto suizo Luis Chevrolet. Y
todo esto fue posible por el éxito de los motores Buick, gracias a que Walter
Marr y Eugène Richard habían desarrollado un motor de válvulas a la cabeza.
Lo primero que hizo la
GM fue dedicarse a las competencias. Para ello alistó varios Buicks, y el
piloto que obtuvo las victorias más importantes fue Luis Chevrolet, como por
ejemplo, cuando ganó la primera carrera en la nueva pista de ladrillos de
Indianapolis, el 27 de mayo de 1910. Claro que no solo de
carreras vive una empresa. Entre sus directores hubo varias personas
destacadas, como por ejemplo Charles Nash, fundador de Nash y Rambler y también
fabricante de barcos y Walter Percy Chrysler creador de la compañía que lleva
su nombre.
Dejando de lado la
historia de la marca y yendo directamente a nuestro modelo, la serie de 1949 a
1954 es la quinta generación de este modelo. EL diseño seguía siendo en gran
medida de Ned Nickles que hizo su mayor aporte casi sin proponérselo. A su
Roadmaster 1948 de uso particular, le había hecho cuatro orificios en cada guardabarros
delantero, a donde le había alojado un a luz conectada al distribuidor. Cuando
el auto estaba en marcha, esos destellos en los orificios daban la sensación de
ser los escapes, de un avión caza de la Guerra. El director de Buick, Harlow
Curtice, le encantó la idea e hizo instalar esas perforaciones, llamadas
VentiPorts, en los nuevos modelos, pero sin las luces.
Otras de sus
características era la posibilidad de la caja automática Dynaflow, que le daba
mucha suavidad de marcha. Estéticamente, conservaba la gran parrilla que en
Europa era denominada “La sonrisa de los dólares” y el capot de una sola pieza,
tenía apertura lateral. Se ofrecían varias versiones: la 40 Special, la 50
Super y la 70 Roadmaster y las carrocerías podían ser sedán cuatro puertas, dos
puertas convertible, coupé hardtop y Station Wagon. Los VentiPorts los llevaban
todos los vehículos, pero solo los Roadmaster llevaban 8, los demás solo tenían
tres por lado.
La motorización estaba a cargo de un motor
8 cilindros en línea, que en 1952 fue reemplazado por un V8 para las líneas
Super y Roadmaster. Otro punto importante fue la incorporación en 1953 de la
coupé Skylark, donde se destacaba la ausencia de las perforaciones laterales. En
total, entre todas las versiones, en los 5 años que duró esta generación se
fabricaron más de dos millones de Buicks, logrando la empresa llegar al tercer
puesto en ventas.
Para que disfruten de este clásico, les
dejó una publicidad de la época, una imagen de la película Rain Man, un video y
las fotos de la réplica correspondiente a la firma New-Ray.
Saludos para todos!!!!!!