Las carreras de
automóviles hace años que han dejado de ser, eso que siempre amamos. Ya en la
época de los inicios de la Fórmula Uno, había comportamientos que poco tenían
que ver con el deporte motor. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles,
hacían presión sobre el ente rector, en pos de beneficiarse reglamentariamente,
sin tener en cuenta si esto era beneficioso para el deporte o no. Los intereses
siempre han regido a las carreras, por eso es que existió este Plymouth
Superbird de 1970. Y por la misma razón dejó de existir.
La historia dice más o
menos así. A fines de los sesenta, la lucha en la categoría NASCAR se centraba
entre dos gigantes americanos. Ford, con toda su batería de modelos y Chrysler,
que lo hacía con dos marcas que se mantenían independientes en las pistas:
Dodge y Plymouth. Por su parte GM, que había dominado los primeros años de esa
década, con sus marcas Chevrolet y Pontiac, no lograba culminar delante de sus
competidores.
En 1968, el campeón
reinante Richard Petty, no podía defender su título con Plymouth a manos del
Ford de David Pearson y para el año siguiente no distaba muy distinto el
panorama. El legendario piloto, intimó a los directivos de la Plymouth a que le
den un auto con chance de victoria, amenazando con abandonarlos, para pasarse a
la marca del óvalo azul. Lo que solicitaba era un automóvil aerodinámico como
los Dodge Daytona, pero aunque las dos marcas pertenecían al mismo consorcio,
en las pistas eran totalmente independientes y era imposible darle en el corto
tiempo, la herramienta que el piloto pedía.
Petty, ofendido en su
orgullo optó por una maniobra arriesgada y dejó la marca de sus amores y firmó
con Ford para ese año 1969. Plymouth no se sintió traicionada y comprendió las
necesidades de Richard, por lo que se puso a trabajar, con la intención de
repatriarlo para el año siguiente, mientras que el errante piloto obtenía el
subcampeonato.
Ante el poco tiempo
para desarrollar un auto totalmente nuevo, se decidió utilizar todas las
herramientas que tenían a disposición. Primero se eligió un modelo existente y
la elección cayó sobre el Plymouth Road Runner. El primer paso recayó sobre la
aerodinámica, que era muy necesaria para los veloces óvalos de la categoría. La
trompa recibió una aditamento, denominado por la gente como nariz de tiburón,
la cual escondía los focos, cual Lancia Stratos…
Con estos cambios el
mayor problema era la cola. A altas velocidades tendía a despegarse del suelo,
perdiendo tracción y haciéndolo muy peligroso de conducir. La solución vino por
el gigante alerón Hay dos versiones sobre su altura. Algunos afirman que fue el
resultado del estudio en el túnel del viento, ya que este fue el primer modelo
de Plymouth en utilizarlo. Los más escépticos afirman que el alto del mismo, es
el necesario para poder abrir el baúl sin dificultades.
En 1970, para
homologarlo se hicieron casi 2000 unidades, ya que el reglamente de la NASCAR
decía que el automóvil debía estar disponible en todas las concesionarias.
Había tres motorizaciones: un 440 con un carburador de 4 bocas, un 440 con tres
carburadores de doble boca y el Hemi 426 destinado a las carreras, de los
cuales solo se hicieron 135 modelos.
Toda esta jugada
rindió sus frutos, y Richard Petty volvió a las huestes de Plymouth para la
nueva década. Ese año el campeonato fue para Bobby Issac y su Dodge Daytona,
pero en 1971, el Superbird obtuvo su campeonato con Petty, arrasando a sus
competidores. Durante esos dos años, Plymouth ganó 43 carreras, amenazando con
monopolizar todos los campeonatos. Es así, que para 1972, ante la presión de
las automotrices participantes y con el riesgo latente de accidentes mortales,
por la elevada velocidad que alcanzaban, se cambió el reglamento limitando los
motores a 300 pulgadas cúbicas y extinguiendo definitivamente a estos gigantes.
Plymouth siguió
participando y en 1973 obtuvo su última victoria en la historia de la NASCAR.
Fue en Alabama con el piloto Dick Brooks, quien obtuvo su único triunfo a lo
largo de sus 17 años de actividad en la especialidad.
La réplica que nos
acompaña, es de Race Champions y corresponde al Superbird de Dick Brooks de
1970. En el video, pueden ver a estas bestias en acción.
muy buen modelo, y poco visto en 1/43.
ResponderEliminares decir que para este modelo le "copiaron" la aerodinámica agregada del dodge.
sería interesante conocer la historia del dodge.
y también saber si las otras marcas hicieron algo al respecto.
con respecto al baúl que se abre por debajo del alerón, quizás era necesario para los autos de calle, que siempre se hacen algunos para homologar el diseño.
Hola Gaucho!!!!
EliminarEl Dodge Daytona era un derivado del Charger, que tenía la intención de luchar contra el Ford Torino, que era el más aerodinámico de la época.
Y si Gaucho, el baúl debía abrir para poder usarlo y el alerón, si era más bajo lo impedía. Así es como alguno piensan que la altura del ala, está dada por la apertura de la tapa del baúl.
Saludos!!!!!
Este auto siempre me gustó mucho, y nunca entendía el motivo de su similitud con el Dodge Daytona; ahora entiendo! Estuve una vez a punto de comprar dos en ML (no se si eran Superbird o Dodge), uno similar a éste y otro azul y amarillo. Al final, me mandé la macana y compré otros coches; por supuesto, nunca más los pude conseguir...
ResponderEliminarGran auto Vasco.
Abrazos!
Hola Juanh!!!!
EliminarEs raro conseguir estos autos, porque a poca gente les gusta. Yo vi la oportunidad y la aproveche, a pesar de que no tienen una gran fidelidad.
Saludos!!!!!
This Car is amazing! Great miniature!
ResponderEliminarGreetings!
Hola Finster!!!!
EliminarEs increíble que este auto haya existido....
Saludos!!!!!
En esos años locos parece mentira que un ciudadano de a pie pudiese haberse hecho con uno de estos monstruos. O un Pontiac Judge, un Superbee, un Roadrunner con su bip-bip... Qué creativos eran entonces!!
ResponderEliminarPor supuesto me gusto la miniatura, pero no me parece que sea 1:43, no sé si me equivoco.
Saludos!!
Hola Antonio!!!
EliminarSuena increíble que este tipo de autos haya circulado por las calles. Hoy valen su peso en oro.
La escala es muy aproximada, ya que el largo es de 12,8 cm, lo que nos da 5,5 metros. Por lo que averigüé, el real medía casi 5,60, así que solo le faltan menos de 2 mm de largo a la miniatura.
Saludos!!!!
No conocía la marca del fabricante. El auto es un monstruo, y de la miniatura lo que más me gusta es su vista de perfil, porque está "parada" igual que un auto de carreras, con las suspensiones tocadas, y como "agazapado" listo a largar. También en esa vista se aprecia la red protectora del interior.
ResponderEliminarSaludos!
Hola Cruiser!!!!
EliminarLa marca tiene un gran surtido en autos de Nascar en varias escalas. Y supongo que debe ser del merchandising oficial, puesto que algunos vienen con una tarjeta con una copia de la firma del piloto.
Al ser un auto de carreras, las imperfecciones pasan más desapercibidas...
Saludos!!!!!!
¡El alerón más alto del planeta!, con permiso de algun chaparral cuyo nombre ahora no recuerdo...
ResponderEliminarSaludos!!!
Hola Xavi!!!!
EliminarCreo que va cabeza a cabeza, con el Chaparral, disputándose el alerón más grande....
Saludos!!!!!
Una belleza! Después de tanto europeo que abunda en esta escala ver un americano Racing es muy grato, encima el superbird es uno de los más interesantes. Tiene alguno que le haga compañía?
ResponderEliminarHola Cabo!!!!
EliminarHabía que salir de la monotonía del blog, y el Superbird vino como anillo al dedo. Si, hay algún otro Nascar haciéndole compañía. No es bueno que el auto este solo...
Saludos!!!!!
Destaca mas de por si el Alerón que el propio vehículo, una verdadera maravilla de aquellos años, y que prueba de ello es que con poco hacíamos de un turismo un bólido de carreras.
ResponderEliminarMe ha encantado el molde
Un saludo y gracias por compartir
;)
Hola Seat!!!!
EliminarEl alerón y la trompa son la característica principal de esta bestia.
Saludos!!!!!!
Que gloriosa época y que nos relatas, con estos pesados y potentes gigantes corriendo, tal cual como la época de los grandes acorazados. El modelo está fascinante, me encantó la segunda foto, de perfil, así de bajito.. Wow !
ResponderEliminarSaludos !!
Hola Eddie!!!!
EliminarMe imagino lo que serían las carreras en los óvalos, con estas bestias bramando en los peraltes. Sería como ver una carrera de trenes...
Saludos!!!!!
Qué interesante esta historia, ahora muchos hemos resuelto un par de dudas...
ResponderEliminarHola Gonzzo!!!!
EliminarQue bueno tenerte otra vez con el blog!!!!!
Y siempre trato de agregar algo a las fotos, aunque cada vez me cuesta más escribir....
Saludos!!!!!