“Todo tiempo pasado, fue
mejor” ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? ¿Y cuántas veces la hemos
repetido? Infinidad de veces. Y si hablamos de autos, todos nos ponemos de
acuerdo, diciendo que antes los autos eran más lindos, más grandes, con más personalidad.
“Todo tiempo pasado fue mejor”. Ahora bien, ¿Ustedes saben lo que es vivir hace
10 días sin internet? Es convertir la computadora en un cuadro. Uno ni la
enciende. ¿Para qué lo va a hacer, si es lo mismo que no tener computadora? Es
llegar todos los días y ver las luces del moden esperando el milagro de verlo
encendido en su esplendor, como si se tratase de la pantalla que monitorea el
corazón. Y uno lo enchufa y desenchufa todos los días buscando el milagro de
Santa Conectividad. Y nada. Nada de nada. Y en el teléfono de nuestro atento
servidor de internet, que obviamente uno no encuentra con facilidad, porque
todo lo busca en la net, nos dice que en cuatro días hábiles se normaliza.
Claro que eso me lo dicen cada cuatro días hábiles.... “Todo tiempo pasado fue
mejor” La verdad es que tengo mis dudas, porque no recuerdo que hacía cuando no
tenía internet. De lo que si estoy seguro, es que cuando veo un auto antiguo,
si pienso eso. Como por ejemplo si hablamos del Alfa Romeo 158 de 1950. A conectarse.
La segunda etapa fue
Mónaco, el primer callejero de la historia. En las pruebas previas, el
argentino Alfredo Pián, se quiebra una pierna al accidentarse con su Maserati.
(¿Habrá sido el primer lesionado de la Fórmula 1?). La carrera se define prácticamente
en la primera vuelta, cuando 9 automóviles protagonizan una gran carambola.
Quedaron atrapados Farina, Manzon, Rosier, Fagioli, De Graffenried, Rol,
Harrison, Trintignant y Schell que manejaba un Cooper con motor trasero de
Fórmula tres. Froilan Gonzalez logra salvar el escollo con su Alfa, pero una
vuelta después debe abandonar por un incendio que lo mandó al hospital, junto a
Pián. Fangio también logra superar el embotellamiento, empujando desde su
habitáculo a uno de los protagonistas, y se dirigió a su primer triunfo
mundialista seguido por la reaparecida Ferrari de Ascari y el francés Chiron.
La última competencia se
corrió en Italia, en el circuito de Monza. Ahí, la casa del Cavalino Rampante
presentaba su 375, aunque Alfa seguía siendo la favorita. Farina picó en punta,
seguido por Ascari y Fangio, quien con el tercer puesto se aseguraba el
campeonato. Pero en la vuelta 23, el argentino rompe el motor, toma el auto de
Taruffi y logra llegar al segundo lugar, detrás de un imperturbable Farina, pero
otra vez la suerte no está de su lado y una válvula lo deja definitivamente a
pie. El italiano se quedó con la victoria, seguido por Ascari, Fagioli y
Rosier. En definitiva la primera corona se definió para Farina, el
subcampeonato para Fangio y el tercer lugar para Fagioli, demostrando el
poderío de las Alfa Romeo.
Tal vez lo más
importante, no sean solamente las máquinas o los nombres, sino que se dio el
primer paso de un campeonato que llega hasta nuestros días, despertando adeptos
y detractores, pero de que ninguna manera pasa desapercibido.
Les dejo un video y las
fotos de la réplica perteneciente al número 33 de la colección “100 años de
Sport Automóvil”, editorial Altaya, edición Argentina.
Saludos y hasta la
próxima semana (O hasta que internet quiera....)