Todos los
20 de cada mes, el Lauburu43 se une a Diecast Central para hablar de un tema
surgido de este blog. Para Mayo, se trataba de un “Auto que Haya Aparecido en
una Película”. Un tema que parece un tanto difícil en un primer momento, ya que
a uno automáticamente, se le vienen a la mente los autos de la pantalla grande,
tales como Meteoro, Los Dukes de Hazzard, Herbie, Volver al futuro, y tantos
otros títulos. Sin embargo, esos vehículos no son justamente los que tengo en
mi colección. La búsqueda finalizó cuando vi al actor principal de un film, que
seguramente han visto muchos aficionados al mundo motor. Se trata del Tucker 48
de 1948. Aplausos por favor.
La película
se llamó “Tucker, el hombre y su sueño”, protagonizada por Jeff Bridges, quien
tenía a su cargo el papel de Preston Tucker, un pequeño constructor, que había
amasado una pequeña fortuna, gracias a la Segunda Guerra Mundial, ya que
durante ese período se dedicó a la construcción de las torretas para los
bombarderos americanos. Pero su “sueño” era el de realizar un automóvil,
totalmente revolucionario, una vez finalizada la Guerra.
Para ello,
contrata al el famoso diseñador Alex Tremulis, que había trabajado previamente
para el grupo Auburn/Cord/Duesenberg, quien tenía como misión terminar el
proyecto en seis días. Y cumplió. Para ayudar en el aspecto financiero contrató
a Abe Karatz, ya que se debía montar una cadena de producción. El plan
consistía en emitir acciones y de esta manera comprar la planta de Dodge en
Chicago y convertir a la pequeña Tucker en uno de los gigantes americanos de la
industria automotriz.
Pero había
algo con lo que no había contado, y era la férrea oposición, que justamente iba
a tener de sus competidores de Detroit. En EE.UU, las grandes empresas
auspician legalmente a senadores, quienes después reditúan tal apoyo, tal como
se puede ver en otra película muy conocida llamada “El Aviador”. En el caso de
Tucker el senador Ferguson declaraba que la empresa de automóviles, estaba
llevando a cabo un fraude contra la
Bolsa de Valores, ya que no se llegaban a cumplir con el
mínimo de producción requerido por esta, en virtud del dinero financiado.
La película
llega a su punto máximo, durante el juicio a las autoridades de Tucker Inc,
quienes eran enjuiciadas por este supuesto fraude. En un momento, en que parece
todo perdido, llegan al juzgado las 50 unidades ya construidas y desfilan
delante de todos, dando como prueba irrefutable, que no se trataba de ninguna
estafa. Todos los acusados, son declarados inocentes, pero el daño ya estaba
hecho. La prensa amarilla, la falta de fondos y la animosidad de los tres
grandes de Detroit, fueron demasiado para la Tucker, quien no pudo salvar la bancarrota.
Tucker, fue
tentado para continuar su carrera en Brasil, donde debía diseñar un nuevo
automóvil deportivo. Este proyecto quedó trunco, ya que Preston falleció en
1956 y con él se fue su sueño. Como reflexión, queda más que claro, que aunque
sea quijotesco, uno no debe abandonar ni sus sueños ni principios, ya que ellos
son el motor del ser humano. Quedarse impávido ante los propios desafíos, es
como sentenciar a muerte a esos ideales que forjamos día a día.
El Tucker
48 en un principio se iba a llamar “Tucker Torpedo” en clara referencia a la Segunda Guerra, pero Preston
pensaba que los americanos querían dejar atrás el armisticio y es por ello que
rebautizó al modelo, simplemente como 48. El vehículo tenía todo para ser
revolucionario. Su diseño, más allá de lo estético, tenía una aerodinámica que
muchos autos actuales pueden envidiar. Y eso que no utilizaban túnel de viento
ni nada parecido. Su principal característica externa, era el tercer faro
central, que giraba junto con la dirección, si esta lo hacía en más de 10
grados.
Había un
cuidado especial con respecto a la seguridad tanto pasiva como activa. Por
ejemplo, era el primer modelo en contar con freno a disco en las cuatro ruedas.
El parabrisas, era de dos piezas pero fue uno de los primeros vidrios curvos y
con tecnología “antiastillas”. En su interior, se contaba con una barra
antivuelco, y el tablero era lo suficientemente acolchado, todo esto en pos de
la seguridad de sus ocupantes. Los controles, eran del tipo satelital, para
poder accionarlos, sin necesidad de sacar las manos del volante.
El motor
era un 9.7 litros
de 6 cilindros tipo Boxer en posición trasera, con cámaras hemisféricas e
inyección directa de combustible, con una transmisión directa, que causó muchos
problemas en los primeros prototipos.
Hoy, el
Tucker 48 es un clásico que cotiza cada año más caro. El director de la
película Francis Ford Coppola y el productor George Lucas, fueron propietarios
de sendos vehículos, como para que no queden dudas, del compromiso que tenían
con este film.
Las fotos
corresponden a la miniatura Yat Ming, para su serie Road Signature. Y el vídeo pertenece al trailer de la película
Saludos y no sigamos perdiendo el tiempo.